Le tengo listoco el chalequito abotonado que me encargó para su Robertito. Mire, no sé si está como me lo pidió pero al menos se lo tejí con mucho cariño. Pensé en esos tecitos que tiene usted con su tía Inés, no ve que están de lo más novedosos estos chalequitos con motivos en las hombreras. Espero que le agrade, y no se preocupe por devolverme lo que gasté en las lanas de Rosas, me sirven para tejer otro para mi Diego. Y así podremos ir todos juntos a tomarnos esos helados de pistachos al Emporio...
Muchos cariños,
Siempre suya, M.